lunes, 22 de agosto de 2011

Bípedos

Al animal que escara la tierra se le niega, ante todo y mucho antes que el vuelo, la elegancia postrera de ciertos naufragios.

Generación

El hombre usa a la mujer, la mujer usa al hombre y el hijo yace allí sin ser usado.

martes, 9 de agosto de 2011

El foco de la nada

La inquietud de MVLL: "Debemos inquietarnos si ese progreso significa aquello que un erudito estudioso de los efectos del Internet en nuestro cerebro y en nuestras costumbres, Van Nimwegen, dedujo luego de uno de sus experimentos: que confiar a los ordenadores la solución de todos los problemas cognitivos reduce 'la capacidad de nuestros cerebros para construir estructuras estables de conocimientos'. En otras palabras: cuanto más inteligente sea nuestro ordenador, más tontos seremos" (1).

¿Confiarle a un ordenador la solución de nuestros problemas? ¿Cuáles? No conozco una sola PC capaz de solucionar un solo problema importante de la vida ni nadie que le encargue esa tarea. Las PCs, de hecho, no se han vuelto más inteligentes desde su nacimiento: se han vuelto más rápidas y almacenan más. Si se cree que la velocidad y la vastedad del almacenamiento es garantía de inteligencia, ahí está el problema. La inteligencia, la verdadera, siempre será lenta y finita, porque es indesligable de la existencia. Y la exitencia tiene una duración que no depende de nosotros.

Uno siempre se acerca a las cosas, a Internet, por poner un ejemplo, para acercarse a uno mismo. En esa tarea delicada vale lo mismo un fragmento de internet, una conversa en un bar o El Quijote. Y aunque nos puede encantar El Quijote, no es deseable chantarle a nadie su lectura. El mismo Borges, icono del mundo libresco, recomendaba no hacerlo.

Ya por otro lado: no debemos desaprovechar la lucha contra el ego que representa Internet. El ser humano se vuelve un punto de intersección en un viaje alucinante de información en constante flujo y acumulación. Visto desde ahí, ya no somos lo que éramos y mejor. ¿Para qué los nombres propios en un mundo donde lo más efímero somos nosotros? La masa, pero también el infinito y la nada budista son milenariamente aleccionadores, no solo el hombre de barro a imagen y semjanza de un dios que le recita al oído lo que quiere escuchar: eres único entre las criaturas. Lo mismo que te dicen los fatales abolengos: ya no dios, sino el apellido de tu abuelo y su abuelo hasta llegar a un adán latifundista.
Como todo amor loco, el que le profesamos a "Occidente" es, muchas veces, ciego. El ingreso de Internet a la vida de las personas (y de la vida de las personas a Internet) puede considerarse, con menos prejuicios, como un saludable cambio de paradigma. Que una computadora piense por nosotros... Hasta el momento, es imposible. Felizmente.  

(1) Es un poco triste que a la postre esta crítica a Internet se parezca a la crítica de ciertos profesores al uso de la calculadora. Es anticuada, desproporcionada y desenfocada.

viernes, 5 de agosto de 2011

Enemigos justos

La justicia es una emanación del daño.

martes, 19 de julio de 2011

Exteriores

Un poema de mala calidad, como las joyas baratas, no tiene una razón de ser fuera de una ilusión ociosa. En cambio, las novelas son más parecidas a las casas. Pueden ser feas, pero siempre permiten vivir, de alguna manera, en su interior.

Ejercicio de la mano de CRG

Correr el telón de lo real y agazaparse en un lugar pequeño, ángulo apenas detrás de los escenarios donde la muerte ocurre.
Se repitió su nombre una y otra vez tratando de hacerse una idea de sí. En su lugar, la madera de un bastón infidente, el aroma de flores frescas que salía de algún cuarto. Inspeccionó la luz que se colaba por un ventanuco ciego: su zapato horadando la mancha de luz, saliendo de ella. Era ese el único vestigio del camino. Detrás iba quedando la tarde de la que se había escabullido para buscar aquel lugar libre de las ilusiones del tiempo y a solas con una mujer. Como el apóstol del asco, iría hasta ella para tocarla y comprobar que la carne era carne y las heridas una puerta.
¿Estarían sus mentiras a la altura del delirio?
Los escenarios se multiplicaban conforme subía la escalera y era la luz la que ahora lengüeteaba otra cosa en el pasado. Las palabras brotaban, desfallecían.
¿Cómo estabas, pequeña?
Si estuviera bien, si alguno de las dos estuviera bien. Un cuarto de hotel solo para hacerse un sitio en la penumbra. Haciéndose ausente al mismo tiempo que permanecía. Estableciendo la distancia. Determinando que se encontraban ahí, dentro del verbo estar.
Volvió a repetir el nombre propio. Aquí estoy. Titubeante. Imposible como la puerta que estaba abriendo. Derrotado, entregada a su apertura. ¿Qué importaba a fin de cuentas que no existiera, que nada existiera? ¿Cuántas fracturas de esas se necesitaban para renunciar al futuro?

viernes, 24 de junio de 2011

Seguidores

La verdad cuenta con seguidores y fanáticos, y la mentira genera cultos oscuros. ¿Cuál para la melancolía de esta tarde?