Ante los hechos, dos opciones, siempre. Pero vamos a lo nuestro: pergeñamos un textito, nadie lo comenta, algunos gestos negativos.
Opción 1: El texto es genial y nos envidian.
Opción 2: El texto es una mierda y la reacción es honesta.
Solución: la socrática.
Con ella, las dos opciones, en realidad, son una: nosotros. Y el mundo tendrá esa forma. Mira que no es poco.
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