Encontrarte quieta en la mitad, enfilada
cómoda indispuesta o recreada con desmedida precisión
como si nada nos hubiera costado desordenar los cuerpos que
generosamente estorbaban, que ahí buscaban desapercibirse, unos mismos,
quizá dos en la mitad.
Verte alunada callando el comienzo de los días.
Verte feliz cuando regresas sin camino.
Mencionarte. Desaguisada por mí, mencionarte algo que valga y desmenusarlo:
si nada vale, si nada es.
Ser. Mi espejo. La claridad. Nuestros días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario