De ella más que un par de canciones, 
más que un par de momentos sabiendo que esas canciones 
permitían la ficción de su presencia, simple 
estado de cosas bajo mis pasos. 
De ella menos que su voz 
grabada con exceso en los lugares 
en los que estuvimos sentados, 
acurrucados a cien kilómetros uno del otro.
De ella más que las palabras 
que quedaron fuera de lugar.
De ella menos que esto.
De ella más 
que nada. 
 
 
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