martes, 22 de junio de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

Renunciar al placer

El hedonismo tiene un poder puramente retórico, no espiritual, por eso es verdadero, pero también intrascendente. La condición de alguna criatura puede ser la dolencia, como cualquier otra. La condición es, en sí misma, una ficción.
Renunciar al placer es una manera de hacerse a sí mismo. Demuestra, en el mejor de los casos, que uno puede ser materia de la obra propia. El hedonista se desaparrama por donde su placer lo guía; el estoico decide dónde estar a cada momento y lo confirma nada menos que con su voluntad y presencia. Para el hedonista solo están las cosas que le dan placer. Ni él mismo se encuentra ni mucho menos se sabe.
Nada sabe quien renuncia a sufrir.
El hedonista vive temeroso del displacer. El estoico vive orgulloso de su sufrimiento.
Y sin embargo uno convence a todos y el otro a nadie. Así estamos: desalmados, cobardes, ínfimos.

Verborrea

Añadir una sola palabra, en estas condiciones, ya lo es.

Cuando a nada le tema

¿Será la abolición del miedo la salida a un mundo mejor o el final de los frutos de mi primer y quizá único hallazgo?

Prurito

Esto todo: química del alma, desequilibrio atómico, soledad.

Urge el ego

Y sin embargo esto ya es publicar. Para mí. Pero publicar. Y sin embargo esto es una extensión de la memoria. Un placebo. Una forma de ir dejando atrás el camino que, estadísticamente, nunca volveré a recorrer. Entonces hacia dónde voy, por qué la urgencia, pero voy y es urgente.

Maneras de (no) ser

¿Habrá alguna manera de permanecer todo el día en la oficina, donde por "oficina" se entiende "mi cabeza"? En otras palabras, ¿qué seguridades y permanencias asegura la verdad cuando trata sobre lo que uno no es y no puede ser?
En el mundo hace mucho frío. Hay muchos rostros sin nada detrás y yo necesito conversar conmigo mismo como a un respirador artificial.

Promesas del instante

Renunciar a la memoria para no ser una figura con bordes, ni siquiera una forma, sino apenas una débil luz en el fondo de un pozo que promete escondido nuestro verdadero rostro.

viernes, 11 de junio de 2010

Mala memoria

No tengo mala memoria: me acuerdo de todo lo importante. El problema es que dejo de considerar que las cosas son importantes con mucha frecuencia. ¿Cuán importante es, por ejemplo, ser un artilugio social, una bonita pirueta en medio de una conversación?, ¿se puede ser el silencio?

Seguro puerto inseguro

La duda, la afirmación y la repregunta, nacer, morir y volver a nacer.

Primer y último paso

No hay nada más seguro y nada más inseguro que una página en blanco.

Extincionismo

Entonces el verdadero reto es desaparecer estando ahí.

No es una pregunta

La pregunta es el paso con la izquierda y la respuesta es el paso con la derecha.

Materia prima

¿Con qué pedazos de qué cosas debe estar hecho el mundo con que imagino este mundo?

No es ajedrez

Un buen rey no juega ajedrez: se juega la vida. Yo, que acabo de matar dos, aparezco en el escenario como un argumentador histérico. Todo el que se dé el trabajo de contar una historia y de matar a un personaje lo es. No sé cuál es el final de un personaje así. Por el momento, decido permanecer vivo.

Entonces: dos reyes

Este lo era de un reino pequeño, con escasos edificios viejos y derruidos. No así su ego, del tamaño del horizonte. En sus ratos libres, como no tenía nada que hacer, lo dividía en partes: pasado, presente y futuro, y allí ponía a jugar a los fantasmas de su inutilidad.
Este otro también tenía un reino destruido. Y un pesado ego sobre los hombros. Sin embargo, con el tiempo decidió aprender a desaparecerlo, a sacarlo de en medio, porque lo estorbaba cuando quería, por ejemplo, recoger una flor. En lugar de retener las cosas como el primer rey, empezó a dejarlas pasar a través de sí, y se maravillaba contemplando los caminos que las cosas podían tomar.
Empezó a sentirse a sus anchas, como nunca antes. Le quedaba espacio de sobra sin su ego: donde antes hablaba de su formación jesuítica, metiendo a un montón de personas para decir simplemente un yo con minúsculas, donde antes hablaba del ajedrez para sentirse inteligente y no ver que era, sobre todo, un inútil entre ruinas, ahora había una mirada tan pura que a veces parecía que las cosas se estaban viendo a sí mismas usándolo como espejo. Ya no hacía un circo con pretendidas frases suyas. Se sabía siempre citando y a los demás en ejercicio repetido, y al saberlo confirmaba que la postura ideal era hincado.
No faltaron los esclavos que, viendo la nueva actitud del rey, quisieron pasarlo por encima. El rey, sin ego que proteger, así los dejó morir, enredados en el penoso espectáculo de la miseria insolente.
Este segundo rey se hizo viejo, tal cual el primero. Ambos fueron hombres más o menos felices. Ese no es el punto. El punto es que el segundo rey despertó un día de vejez que lo asaltó cerca de la muerte, deslumbrado por el color de las cosas. Nunca había visto tantos colores: ahora sus ojos eran el revés de cada pedazo de tierra. El mundo era finalmente un reino vastísimo y no había un solo miserable ni en la cima ni en medio de él para estorbarle el espectáculo. Todos eran los subordinados del ojo y la gracia con que miraba.
El primer rey murió encogido, ignorándolo todo, porque se ignoraba primero. Su ego no le sirvió de nada en la caída libre con la que interpretó el vacío.

Notas y pregunta

Cambiar "campo" por "escenario". La imaginación es un gran proyector que nos invoca en forma nuestra y ajena, nutrido de presente, pero con el detalle que hará parte del futuro. La cabeza de un grupo arma un escenario y nos coloca en su interior. Ese es su poder. O, mejor dicho, de los matices de ese escenario dependerá su poder: porque la imaginación nos incluye: somos lo primero que imaginamos. La imaginación, en relación con el yo, es radical.
Cambiar "batalla" por "vida". La palabra "batalla" es una figura de la vida, pero la imaginación no puede circunscribirse a una imagen, dado que ella las engendra. La palabra "vida" es suficientemente vacía como para hacerle frente al rol omnipotente de la imaginación.
Pregunta: ¿cuáles son las condiciones, los parámetros ideales para la construcción imaginaria de los escenarios en los que buscaremos habitar y hacer habitar a otros?, ¿de qué orden son esos parámetros? Esas son preguntas de todo buen administrador. Y cuando digo "administrador" también peinso en una palabra vacía, casi tando como la palabra "vida".

La palabra futura

1
El lenguaje informático es el lenguaje del futuro. Sin embargo, el lenguaje humano es el único capaz de hacerlo comprensible para los seres humanos en tanto humanos.

2
El redactor de discursos de un político es un brazo. Pero la imagen del dicurso es el cuerpo del político.

3
En estos momentos, en este breve espacio, hay un informático, un político y un yo que escribe.

4
Las palabras también conforman un campo de batalla.

Contigo incluido

El que juega con las palabras juega con todo.

martes, 8 de junio de 2010

Un lado

A veces estoy del lado de la muerte y pienso
que las cosas no deberían ser eternas. Pienso
que este fulgor que me ensimisma
está bien para una tarde.

Que hoy tus ojos están más tristes y tus besos
saben a pura nada y a costumbre. Así lo deseo
y pienso: es justo que el tiempo sea todo lo grande:
no nosotros, que nada sabemos sobre lo que quedará
mañana.

No nosotros. No
nuestros besos o tus ojos que alguna vez
supieron pecar todas sus promesas.

A veces solo el tiempo solo y
a un lado yo y la muerte y esa triste espera que no nos acompaña.

sábado, 5 de junio de 2010

Escepticismo vespertino

Si estuviera despierto, te diría que estoy soñando contigo. Y si fueras tú aquella mujer de mi sueño, no me pedirías nunca que despierte.