lunes, 30 de julio de 2007

Política de cabeza


Dado que la política es mundana y el mundo está en mi cabeza, algo de esta debe tratar la política. De ahí que mis opiniones hayan variado formalmente de las maneras que enumero a continuación:


1.- Parrafadas idealistas con mucha precisión en el uso de conectores lógicos y otras condiciones básicas de inteligibilidad. Duración: primeros dos años y dos meses.


2.- Párrafos más mesurados, de cuando en cuando interrumpidos por monólogos breves, relampagueantes, en los que los sentidos podían reordenarse dentro de parámetros explícitos aunque muy fuera de la discusión. Duración: un año.


3.- Preguntas falsamente ingenuas. Enriquecimiento de referentes históricos no siempre pertinentes. Decrecimiento del discurso de modo preocupante, mas no siempre percibido dado el incremento de los monólogos. Incipiente desprecio por el ágora, teórica y prácticamente. Duración: ocho meses.


4.- Silencios graves, malhumor, misantropía. Duración: cuatro años.


5.- Metáforas y aforismos de dudoso valor. Solipsismo grácil. Tierno. Una sola pregunta, inquietante: ¿me estaré volviendo radical? Una sola respuesta: no. Duración: hasta la actualidad.

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