viernes, 5 de octubre de 2007

Hágase usted un comentario

y vea sin rubores el tono cada vez más pálido de sus mejillas
la inclinación ligera que pone al cuello en situación difícil, geométrica
ansiosa de ser más que esos músculos, venas, nervios,
el cómplice de una monótona respiración.

sí... y sienta la presencia de los demás entre tanta tinta, tanto gasto
el pensamiento que hace las veces de compañía, los entuertos
los gastos médicos, los saludos antes durante y después de cada muerte.
Las crisis.

Despídase. Fíjese bien en la sonrisa antes de darse la espalda. Presienta
la alevosía, júrese perdón, fermente una envidia secreta.

Vea bien. Es usted.

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