miércoles, 29 de septiembre de 2010

Depósito de sal

Creces,
tan tímido,
un lugar donde tu sombra
libre del hogar que abrigó ilusiones
hacia el centro de un sinfín de hidrografías:
es suficiente con remar!

Erra tu mente
desprovista de los indefensos mecanismos del amor.

Adónde si no se dirige el tiempo
que rueda tus mejillas crepusculares
que cada día te cobra el plazo para alcazar
dichas sin quebrantos.

Adónde y quieres llegar...

Apenas has oído un grito y te supones
voz,
depositario de un destino tan negado.

Adónde.

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