lunes, 4 de octubre de 2010

Vejez

Para los ancianos, es indigno adoptar el mercadeo sociolectal de los jóvenes (sobre aquello, creo, hay consenso). Para algunos, incluso, la lengua de los jóvenes es degradante per se. Los ancianos sabios, que son los que para este caso interesan, endulzan la extrañeza que les causa atestiguar la "reinvención" del lenguaje que realizan los adolescentes con la nostalgia de la juventud perdida. En esa actitud de distancia y cercanía al mismo tiempo ubico yo la actitud que diferencia el relativista histórico liberal del esencialista metafísico conservador. No es imposible para un relativista asumir el lenguaje del esencialista. Tampoco condena que hable de esa manera. Y sin embargo, ya no se está para eso, no se anda despacio para llegar primero.

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