qué virtud rara aquella la de hablar poco
sonreírle a lo que estuvo aquí parado los minutos
como si de frente y no fuera uno mismo
el abandonado uno mismo el que se empecina en considerarlo
todo como el escenario de un primer sueño.
sonreírle a lo que estuvo aquí parado los minutos
como si de frente y no fuera uno mismo
el abandonado uno mismo el que se empecina en considerarlo
todo como el escenario de un primer sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario