sábado, 4 de agosto de 2007

De los atardeceres

I

Vuelve la pregunta sobre sí misma
en su cándido resplandor anidan cuervos
son las voces de otros sordos como ciegos
enterrados, en busca, de bruces, entre tanto.
Alrededor se agitan, huelen, subterráneos y explícitos
una justificación para sus huestes
sumos pontífices al nacer de un día

al nacer de un grito
siglas

Oigo que reclaman.

La voz enmudecida en sombras sigue quieta
la voz callada
busca una historia
ritual sin el peso de los hombres
tan de carne y tan de hueso.

Nadie más los necesita.
Nadie más es su virtud.

(Escrito y dirigido por Peta)

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