sábado, 4 de agosto de 2007

Más pruebas sobre la existencia de Dios

Amanecer así

(i)

Me he hecho solo,
ensimismado,
herido por una prisa no resuelta,
se dice,
duerme. Come
y duerme,
y no se permite un sueño.

(Las estrellas –arriba más arriba- siguen su curso inmóvil,
deletérea nocturnidad que lo observa impávida mientras
él esconde su cuerpo
del reloj.)

Aquí dentro el calor suda verdades.
Duermo.
No lo pregunto. No lo creo.

Prefiero en cambio sentarme callado
sobre imágenes.


Amanecer así será...

la boca
la cabeza vacía
hecha cenizas en el torrente.

Busca
antes de que el sol se confunda
con sus ojos,
el comienzo de mi voz insidiosa.

Entre penumbras,
un rostro,
una vocal.

(amanecer así...)

Languidece hasta confundirte
en los otoños acumulados.

Duerme.

Arriba, las estrellas empiezan a multiplicarse.

(ii)

Entre las piernas
reina el sueño
pienso el amanecer.

Pienso el amanecer
busco un nombre
ajusticiado por su anterioridad.

Saboreo la obscenidad de saberlo a pesar.

Las sábanas se levantan
un circo,
una pirámide,

un cohete
detenido por la atmósfera de calores inapelables,
yo.

Y a pesar,
la partida logrará este tiempo
la piel sebosa de mis párpados
no podrá montar
más homenajes

amanecerá.

Amanecer así será triste
Pero poco a poco dejo de oírme
y ese insulto sin destinatario
queda encerrado entre las cuatro paredes
me intimida
duermo.


Por dios

Antes que nada
que cualquier cosa
soy ateo,

lo que no quita
que sea nada: solo
lo posterga.

Así, cuando me veo jurando antes de confirmar
entre mis manos toscas, gordas,
fofas, como las de los ateos,
y te invoco
pienso:

existes para jurar,
quizá para que me perdone,

existirás siempre,
porque siempre juraré para que me perdone.

Desolado y sin más
recuerdo que soy ateo,
que los ecos de las iglesias
son claustros para mis mundanales especulaciones
sin amor.

Sin embargo,
sin embargo,
solo en aquel reguero
la sé presente, sé que
a pesar de,
por dios
y gracias a él,
no me molesta ser ateo.

No hay comentarios: