jueves, 30 de septiembre de 2010

Dos personas, un presidente

Dos personas más o menos de la misma edad con diferente vestimenta coinciden diariamente en el mismo lugar: uno lleva un terno nuevo y el otro unos jeans y una camiseta con evidentes signos de desgaste. La gente que a veces los ve juntos empieza a creer que se trata de un empleado y su jefe. Al hombre de terno primero le parece incómodo. Con el transcurrir de los días, lo considera curioso. Finalmente, empieza a creer que realmente es el jefe del hombre que coincide con él todos los días en el mismo lugar, pero con diferente vestimenta. Y así lo mira.
Hace, entonces, un experimento natural: se compra el traje más caro que jamás se haya hecho en el jodido mundo, y empieza a mirar a todos como antes miraba al hombre de jeans y camiseta.
Eso, más o menos, es ser presidente de una nación.

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