viernes, 1 de octubre de 2010

Separaciones y saturaciones

Donde algunos ven solo ego, Rousseau distingue amor propio y amor de sí. Hace la operación natural del intelectual: divide donde otros ven solo una cosa. La pregunta es ¿dónde queda hoy espacio para dividir? Todo está hiperdividido. Además, dado que las operaciones subyacentes al develamiento de la verdad están tan expuestas, ¿cómo seguir utilizándolas como si estuviéramos colocando una cosa delante de los demás, cuando lo que estamos haciendo es claramente una operación retórico-semántica?

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