viernes, 30 de abril de 2010
Pedazo de vida este
jueves, 29 de abril de 2010
Tramas inconclusas
A veces se piensa
Circa 11
Glosas
En la cocina
-¿La verdad?
-La verdad.
-Pienso en otro.
-Otro… ¿otro hombre?
-Sí.
-Ok, ya veo.
-¿Estás molesto?
-No, para nada. Es lógico. Nunca esperé… Nunca esperé ser dueño de todo tus pensamientos. De hecho, cuando lo he pensado, me ha parecido algo más bien negativo.
-¿La fidelidad?
-No, no, no me malentiendas. Está bien ser fiel. Fiel a lo que uno quiere y a lo que uno piensa. Eso nunca va a estar mal, al menos hasta donde me alcanza la imaginación. Me refiero a dejar correr las nostalgias, los pensamientos. Sería aburrido que todo confluyera en mí. Pensarte en el mundo me gusta. Y parte importante del mundo son precisamente tus experiencias.
-Ah, ya.
-Otra cosa es que venga tu ex y te invite a comer al chifa y aceptes y yo pase por ahí en ese momento y luego la fatigante obligación de montar la escena del caso...
Momento de reflexión de Chris. Par de segundos. Termina:
-Pero… ¿Y si fuera pollo? ¿Si, en lugar de invitarme al chifa, me invitara a comer pollo?
Yo, conmovido:
-Diablos, Chris. Siempre dejas las preguntas más difíciles para el final.
Algo de fe con azúcar por la mañana
miércoles, 28 de abril de 2010
Literatura y escritura
Montaje o de cuán diferentes somos en la infelicidad
¿Cómo se puede ser feliz de cualquier forma? y cierro los ojos feliz (de cualquier forma).
Hallazgo de uno
Obra
Terminé con mi vida, quedé satisfecho con los resultados, acomodé un par de cosas más, saqué un poco del polvo que cubría la superficie de casi todo. No podía evaluar objetivameten mi desempeño, no contaba con un criterio fuera de que no había nada más que hacer, de que no quedaba nada más que agregar. Cerré la puerta, coloqué un aviso todo amarillo y con letras negras muy claras ("En construcción") y me retiré más o menos orgulloso.
(sonaba Velvet, Lou canta como a punto de que nada le importe, nada importa, es tan hermoso...)
Interlocutor
Sobre estar aburrido
Simulacros (había que llegar a la palabra esta)
Perseguir el inicio de tanta línea, porque la línea es la imagen que nos define: unas, todas desde cualquier parte hacia cualquier parte, pese a que la coincidencia que soy no me garantiza más que como punto posible.
Tarea imposible, quizá coherente, ojalá divertida: a ver si enredo esto y ya no se mueven más.
Sistemas de recomendación, yo y mi otro yo
martes, 27 de abril de 2010
The rockcracker o de la destrucción del mundo como producto social y como espectáculo
El abrazo de un moribundo
A gritos
Premonición anacrónica
Frágil
Como un gran jarrón sobre un delgado pedestal, basta darle un pequeño toque para que empiece a bambolearse esbozando graciosamente su caída para la izquierda, para derecha, nuevamente la izquerda y la derecha nuevamente, en giros graciosos que parecen buscar brazos que podrían tentar una oportunidad, tan solo una, para manetenerse en su lugar, pero en lugar de eso solo el aire, la caída, en unos segundos simplemente nada más que un monton de nada.
domingo, 25 de abril de 2010
Una buena explicación
Cuando llega
Suicidio, instrucciones
-Sería bueno que la fiesta terminara temprano.
Como quien da un consejo o, mejor, como quien da las buenas noches.
sábado, 24 de abril de 2010
viernes, 23 de abril de 2010
Regreso
Arte de no estar
jueves, 22 de abril de 2010
Funámbulo
domingo, 18 de abril de 2010
El aprendizaje de la distancia
De El adversario (2000)
viernes, 16 de abril de 2010
jueves, 15 de abril de 2010
Las dos opciones
Opción 1: El texto es genial y nos envidian.
Opción 2: El texto es una mierda y la reacción es honesta.
Solución: la socrática.
Con ella, las dos opciones, en realidad, son una: nosotros. Y el mundo tendrá esa forma. Mira que no es poco.
viernes, 9 de abril de 2010
Inspiración/ expiración
jueves, 8 de abril de 2010
Caricias virtuales (a veces eso hace daño)
Con los brazos cruzados, el saco de su sastre parecía una camisa de fuerza. Su rostro, sin embargo, había perdido cualquier atisbo de disgusto.
-Muy bien -le dijo una vez que pidió su café y el mozo desapareció entre la mesas.
-Muy bien -repitió él sin ironía.
Ella, que no había dejado de mirarlo desde que lo vio sentado con un libro al lado a través de la ventana de la cafetería, abrió los ojos de par en par. No, tú no. Tú no puedes...
-No qué. ¿Qué es lo que no puedo?-la interrumpió él.
Ella, con el mismo ímpteu, completó:
-Tú no puedes decir "muy bien". Ni siquiera lo he dicho yo. He querido decir otra cosa. No te hagas. Sabes a lo que me refiero.
El hombre se miró las manos antes de volver a sostenerle la mirada.
-Estás esperando una explicación-dijo él.
-Así es, estoy esperando una explicación-dijo ella.
Esto me va a costar, pensó.
-Yo lo veo tan simple...-tomó aire otra vez y otra vez lo volvió a exhalar como si estuviera cansado de hablar.
Ella aprovechó la pausa para recrminarlo. ¡Ah, claro que era muy simple! Su tono de voz indicaba el inicio de una ligera excitación. Se había estado aprovechando de ella. Era tan simple como eso.
-Pero quiero saber por qué, por qué si éramos amigos.
El hombre probó un par de cucharadas de su café, y con una anciana paciencia lo movió, una, dos, tres veces, y volvió a probarlo.
-No me he aprovechado de ti-recusó con una desidia inaudita-. Me he aprovechado de mi ventana y de que no corrieras tu cortina al cambiarte. Y, bueno, de ciertas coincidencias.
Esperó que la emoción de la mujer siguiera creciendo; en proporción inversa, la calma del hombre, que empezaba a parecer un tanto artificial, acumulaba tiempo alrededor.
-¿Coincidencias? ¡Pero si estabas armado con unos binoculares!-espetó categórica, buscando parecer una madre que recrimina a un niño irresponsable, más que la mujer indignada que era.
-Me refería al hecho de que te mudaras justo frente a mi departamento (hay decenas en este distrito y cientos en la ciudad), que la ventana de tu habitación diera justo frente a la mía, que la urbanística haya determinado apenas unos cuantos metros entre ambas y que todos los días te cambiaras justo cuando yo llegaba del trabajo-respondió sin hacer las pausas respectivas-. No es poco.
Antes de responder, la mujer esperó que se fuera el mozo, que había aparecido con la taza de café.
-Como sea, me estabas espiando -pese a la interrupción, continuaba con el tono tal como lo había dejado pendiente-. Eres uno de esos maniáticos pervertidos y todo este tiempo he estado confiándote cosas sin saberlo. Han sido años, Marco. Años. Y nunca pensé que fueras capaz de...
-¿Capaz de qué? ¿De mirarte? Todos estos años no he hecho otra cosa más que mirarte. Vestida, pero mucho más cerca de lo que están nuestras ventanas-acercó su rostro sobre la mesa-. Y lo voy a seguir haciendo, porque no puedo evitarlo y tú tampoco. ¿O qué piensas hacer cuando camines por la calle?, ¿usar un velo?
Ella se llevó la taza de café a los labios y se recostó en el respaldar del asiento, lo más lejos posible del rostro amenazante de su mejor amigo o de lo que quedaba de él. Distrajo su mirada en la carátula del libro. De mujeres con hombres, Richard Ford. Un par de sorbos después, continuó.
-No seas cínico, Marco, no conmigo. Esperaba una explicación convincente y una disculpa. Solo eso. Pero veo que no solo te escondes para mirar a tus vecinas mientras se desvisten.
Marco sonrió. Era la primera vez que parecía intentar una provocación.
-Es lo único que puedo explicar. Te miraba y, con los prismáticos, te seguía mirando. Y el porqué es el mismo: tu belleza: de lejos, de cerca, con ropa o sin ella. Son solo formas de tu belleza y a mí solo me corresponde mirarlas. Discúlpame, pero me gustas. A veces eso hace daño.
Dedicatoria
Contacto
Citar
Otra cita, tal vez; la locura del Quijote es solo la locura de ser.